Espérame y yo volveré
pero espérame mucho.
Espérame cuando las tristes lluvias lleguen
y cuando el calor llegue, no dejes de esperar.
Espérame cuando ya nadie espere
y el ayer se haya olvidado ya.
Espérame aun cuando de lejos
mis cartas no lleguen más.
Espérame cuando ya todos
se cansen juntos de esperar.
Espérame y yo volveré.
No quieras bien te ruego
a los que repitan de memoria
que ya es tiempo de olvidar
aun si la madre o el hijo ya creyesen que no existo ya.
Deja que los amigos
sentados junto al fuego
se cansen de esperar
y beban vino amargo
en honor a mi recuerdo.
Espérame y con ellos
no te apresures a beber.
Espérame y yo volveré
para que la muerte rabie.
Aquél que nunca me ha esperado
tal vez dirá de mí
el pobre tuvo suerte.
No comprenderá jamás
los que jamás han esperado
cómo tú del fuego me salvaste
de cómo he sobrevivido
lo sabremos sólo tú y yo.
Es que sencillamente me esperaste
como nunca nadie me esperó.