Etapa 4: Guadalajara - La web de emijrp
La provincia de Guadalajara es la penúltima provincia limítrofe con la de Madrid que me quedaba por visitar (ahora la que me queda es Cuenca). Se encuentra en Castilla-La Mancha y ha sido con diferencia la menos turística de las hasta ahora visitadas. Aun así hay algunas cosillas que destacar y que resumo a continuación.
Los lugares más emblemáticos de la ciudad son el Palacio del Infantado que es también la sede del Museo de Guadalajara (muy bonito, sobre todo las pinturas en las paredes interiores) y del Archivo Provincial, el Alcázar (que se encuentra en una situación de conservación lamentable y está cerrado al público), dos torreones (el llamado Torreón del Alamín y el de Alvar Fáñez), varios edificios religiosos entre ellos la Concatedral de Santa María, un modesto zoológico local, algunos parques y un antiguo puente de piedra que cruza el río Henares a su paso por el municipio.
Tras bajar del tren me dispuse a caminar hasta llegar al centro de la ciudad. Hay un buen tramo (en el que entre otras calles pasé por el Paseo de la Estación y la Calle Madrid) como de unos 20 minutos en el que lo más llamativo del camino es cruzar el Henares, pues lo demás son bloques de pisos. Al llegar a las inmediaciones del centro es visible una de las fachadas del alcázar que como comento está en muy mal estado y cerrado. Sino te fijas bien es posible que ni te des cuenta de que en su día fue un edificio histórico importante.
El Palacio del Infantado es un gran edificio de piedra construido en el siglo XV y del que sobresalen rombos dándole a la fachada un aspecto bastante llamativo. Dentro se encuentra el museo de la ciudad (¿o provincial?). Como acostumbran estos museos, hacen un recorrido desde los primeros asentamientos en la zona en la prehistoria, pasando por la época romana, Edad Media, las 3 religiones que convivieron en España, etc, hasta llegar a nuestros días. Lo que más me gustaron fueron las pinturas que decoran los techos de las grandes salas del museo.
De los dos torreones principales de la ciudad, accedí al Torreón del Alamín. En su interior hay algunas maquetas y paneles explicativos de la evolución de las murallas de Guadalajara. El acceso a la parte superior de la torre estaba cerrado (no sé si por obras o de manera permanente), por lo que todo el recorrido era por el interior de la torre. Interesante pero el no poder subir arriba a ver las vistas le quitó encanto.
La ciudad cuenta con un zooloógico que visité en poco tiempo pues ya estaba algo cansado. Que la primera especie del recorrido, unas nutrias, no se pudieran ver (no sé si estaban escondidas o ausentes), no ayudó demasiado. Las especies más abundantes eran las aves y mamíferos. A un pavo real logré fotografiarlo con la cola extendida y más tarde pude ver a un oso aunque estaba durmiendo. Al salir del zoológico y coger el camino de vuelta a la estación, volví a pasar sobre el río y tome algunas fotos y un pequeño vídeo.
Sorprendentemente no vi ninguna tienda de souvenirs, la primera vez que me ocurre. Estuve caminando por el centro y entorno a los principales monumentos y no me topé con ninguna, si había alguna escondida no lo sé. De modo que me quedé sin comprar postales.
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